sábado, 30 de julio de 2011

lunes, 25 de julio de 2011

El eterno Lucian Freud

 

  Dos mujeres, 1992

D4 BY MARCEL BREUER






































   1927



WE CAN BE HEREOS

 


                                            "What is a society without a heroic dimension?"
                                                      Jean Baudillard
  

                                                                          Photo: Jami Beck
        

domingo, 24 de julio de 2011

El deseo de ser uno mismo...





 Photo: Luka Yang






La identidad propia esta directamente vinculada a nuestros deseos y ambiciones. Seguramente primero vino la identidad y luego el deseo, aunque todos sabemos que lo segundo subyuga siempre a lo primero.
Todos queremos cosas que probablemente no podemos tener, o que de algún modo no son compatibles con la vida que llevamos. Esos deseos y necesidades creadas tienen una influencia tan grande en quienes somos, que son capaces de deformar nuestra identidad a una velocidad de lo más preocupante. Si lo pensamos bien, la sobreexposición informativa ha sido el mejor mecanismo para hacer que nuestras vidas sean de una flexibilidad sin precedentes, digamos que somos como un hueso de pollo sumergido en un vaso de coca-cola por varios días ( en la metáfora la coca-cola sería nuestra sociedad, oportuno verdad? )
El caso es que uno puede sentirse muy seguro de quien es y de como es su comportamiento en sociedad, pero esa seguridad ,al igual que lo es el deseo, es solo una construcción derivada de un contexto determinado. Es decir, un cambio de contexto implica también un cambio en nuestra identidad como individuos. Hoy para ejecutar esos cambios se utiliza una estrategia bastante eficaz y de lo más fácil, el deseo impuesto. Cada época se caracterizó por controlar al pueblo a través de diferentes métodos, véase la religión , la moralidad, la inestimable labor de la política y el poder...pero en nuestro caso , en este maravilloso paraje llamado occidente, no se han necesitado decapitaciones en plazas públicas o invasiones militares a gran escala, ha sido tan fácil como crearnos ilusiones a las que supuestamente podemos llegar. Esto no solo atañe a lo material, si así fuese todo sería la ostia de fácil. Por mucho seguridad que tengamos en nosotros mismo, siempre habrá algo o alguien que nos sugiera la posibilidad de ir más allá: tener más dinero, ser más atractivo, follar más y con más gente, tener la última aplicación para el iphone que llevamos injertado en el culo o simplemente ser un poco más felices. Cada uno ramifica sus deseos en diferentes direcciones pero, nos guste o no, el destino es el mismo para todos. Cuanto más tiempo invertimos en alcanzar nuestros anhelos, más flexibles nos volvemos y lo peor es cuanto más flexibles nos volvemos menos nos importa quienes somos.
Si alguna vez deseaste algo que no debías y aún así hiciste los cambios precisos en ti mismo para conseguirlo, sabrás de que hablo. Si además conseguiste no sentirte mal después de hacerlo y gozaste tu logro, entonces ya estas perdido.

miércoles, 20 de julio de 2011

La mitología












Los mitos son extraños.
Hace un tiempo un tipo al ver esta foto exclamó: "Ah! estos hacían pelis no?"
La verdad es que no voy a explicar de donde viene esta foto, estos personajes y su contexto social. Básicamente por que me da bastante pereza y diría que son de sobra conocidos. El caso es que su adorable desconocimiento, le hacía de algún modo especial y me hizo pensar en lo decadente de nuestros referentes. Es difícil mencionar a nadie cuya relevancia histórica y social no se vea empañada por la turbiedad de una vida escabrosa y por la infelicidad en general. Nadie explica biografías de tenderos que viven felizmente casados y mueren rodeados de nietos de piel sonrosada, eso aburre. Como dijo un escritor ingles, cuyo nombre no voy a mencionar de nuevo por que siempre hablo de él,  la felicidad carece de grandeza  y , nos guste o no, el tipo no se equivocaba un pelo.
Para la gente de nuestro tiempo la droga, el desenfreno, las galerías de arte, la muerte prematura y el dinero a espuertas han sido el leitmotiv de nuestros mitos culturales. Todos quisimos ser Kurt Cobain y esnifar cocaína con Kate Moss mientras Andy Warhol nos escogía calcetines en su centro comercial de cabecera, pero la vida ha sido injusta. Si de alguna manera estamos persiguiendo y magnificando lo que nuestros "héroes" ya consiguieron a través de la adversidad...¿ no será que la felicidad nos importa un culo y lo único que queremos es ser trascendentes para nosotros mismos ?
Quizás todo esto sea irrelevante por que la mayoría acabaremos viviendo en casitas adosadas o  en áticos modernistas, pero siempre nos quedarán las ganas de haber conocido a River Phoenix saliendo de fiesta en The Viper Room y pensar que algún día, pudimos ser mitos.

lunes, 18 de julio de 2011

ser joven

Cuando has cumplido cierta edad, incluso una de esas consideradas la flor de la vida, te das cuenta que ser joven ha sido como ser bulímica, comer mierda para vomitarla después (y disculpad lo frívolo del símil). Diría que todos tendemos a magnificar nuestra propia generación, supongo que para darnos una importancia que seguramente no tenemos.

La mía no se si es para sentirse orgulloso, y no por que generalicen finales tristes con la droga en fiestas bohemias (que también), sino por que somos seguramente de los primeros en tragar, metabolizar y aceptar, todo aquello que pudo y puede ser comercializable, una especie de pioneros. No hablo de publicidad o de sociedad de consumo, eso es omnipresente, hablo del conformismo del ocio del cual, nosotros fuimos las más terribles víctimas. Ser guapo siempre ha estado de moda pero eso ya no importa si te vistes con los harapos de tu abuelo le sumas unas Dr. Martens y dices que te ha encantado la última editorial del Vogue Italia. Todos te aplaudirán por que cuando fueron pequeños y adolescentes, los anuncios de nocilla, los posters de Claudia y el sueño de ir a eurodisney les hicieron creer que ellos también podían ser clase alta y jóvenes eternamente. Todos tenemos trabajos de ensueño y cuatro duros en la cuenta, pero nos encanta bebernos siete gintonics de diez euros en la peor fiesta de la ciudad y vomitar en la siguiente esquina. El ocio, la supuesta buena vida, y la rebeldía pseudoadolescente que debe durar hasta los veinticinco (e incluso hasta los treinta) es el peor placebo que nos han vendido y lo peor, es que nos ha encantado.
Ahora, después de todo, quien puede envejecer y dejar de comportarse como el adolescente que ligaba en cualquier antro oscuro si hasta tu abuela compra en el Bershka.

Alguien me dijo una vez que los treinta son los nuevos veinte, a lo que otro conocido respondió que afotunadamente los veinte no son los nuevos diez.

Nos guste o no, nos lo hayan vendido o sea real, la juventud siempre fue bella.



KIDS, new moon on monday from Christopher Starbody on Vimeo.